Seguro has conocido a alguien tan inteligente que cuando lo ves, piensas: “Este tipo o esta tipa sabe de lo que está hablando”. Ahora bien, ¿qué pasaría si te digo que tú también puedes ser así de inteligente? Porque sí, te tengo una buena noticia: la inteligencia la puedes desarrollar como cualquier otro músculo.

La mayoría de las personas que consideras exitosas o inteligentes, no nacieron con una estrella en la frente, solo ejercitaron su inteligencia y se negaron rotundamente a vivir como unos mediocres.

Aquí te dejo algunos hábitos que, según la ciencia, te ayudarán a desarrollar tu inteligencia a niveles que ni sospechas:

1. Aprende cómo aprender

Hoy el problema no es que las personas no sepan leer o escribir, el desafío está en cómo aprender, desaprender y aprovechar la cantidad de estímulos y conocimientos que te rodean.

Este punto abarca muchas técnicas, pero aquí te dejo algunas claves que te ayudarán a lograrlo:

Asocia ideas: relaciona los nuevos conceptos con objetos o ideas cotidianas para ti. De esta forma internalizarás mejor lo aprendido.

Céntrate: no pierdas el hilo conductor de lo que vas a aprender. Redúcele a los estímulos externos mientras lo haces.

Esquematiza: haz esquemas o mapas conceptuales.

Sintetiza: haz un resumen con las ideas centrales de aquello que estás aprendiendo.

Medita: reflexiona sobre lo aprendido y busca formas de aplicar ese conocimiento a situaciones cotidianas si es posible.

2.  Smartfood

Para ser inteligente, debes comer de forma inteligente. Más allá de los gramos y calorías, saber elegir alimentos que nutran tu organismo y cerebro es vital. Comer de modo “inteligente” implica consumir aquellos alimentos que influyan en tu composición genética. ¿Cuáles son? Alimentos derivados del mundo vegetal, ricos en nutrientes, vitaminas y moléculas que incidan en los genes que regulan la duración y la calidad de vida. Todos son fáciles de encontrar y recomiendan comerlos a diario sin darle demasiada importancia a la porción o calorías. Entre ellos destacan: la lechuga, la manzana, el aguacate, el cacao.

3. Si eres el más inteligente de la sala, vete a otra

Si en tus grupos cercanos tú eres el que más sabe, es momento que busques otros grupos. Relaciónate con personas de las que puedas aprender, que te den un empujón y hagan cuestionar tus creencias cuando sea necesario. Júntate con gente que sea fuerte en áreas donde no eres el más diestro. Esto te ayudará a potenciar esas zonas que no se te dan con facilidad. Y adivina qué, ellos te harán más inteligente.

Plus: Dale la vuelta a los miedos. En ocasiones hay decisiones que debes tomarla incluso sintiendo miedo. Una persona inteligente no espera que el miedo se vaya para accionar,  usa ese miedo como su aliado y le da la vuelta. Usa tu miedo como un motor, el miedo puede ser eso que te impulse hacia al lado contrario de lo que tanto temes.

4. Haz ejercicios con regularidad

No, no es simple capricho, cuando te ejercitas con regularidad los procesos químicos en tu cerebro se potencian. De hecho, hay estudios que evidencian la relación entre hacer ejercicios y la producción de la proteína BDNF, responsable en gran medida de tu memoria, concentración y entendimiento.

5. Toma siestas

Tomar unos minutos de descanso es tan mal visto, que muchos lo asocian con holgazanería e improductividad, pero nada más lejos de la realidad que ello. Tomar una siesta de unos minutos en la tarde será lo que tu cerebro necesita para recargarse y generar ideas.

6. Toma agua

Hay múltiples estudios sobre la importancia de tomar agua, aun así, la mayor parte de las personas siguen sin hidratarse bien. Entiéndelo: tomar poca agua seca el cerebro y dificulta tu capacidad de pensar. Cuando falta agua la materia gris se encoge y se entorpecen los procesos de aprendizaje.

Toma sorbos de agua con frecuencia y, en los primeros 30 minutos de tu día, toma dos vasos de agua. De esta forma activarás tu cerebro y cuerpo.

7. Leer siempre es la opción correcta

Leer beneficia tu cerebro de tantas formas que tardaría horas contándote. Lo importante aquí es que sepas cómo hacerlo para que el tiempo y las mil ocupaciones diarias no se vuelvan un pretexto.

Lee temas que te nutran en el área de saber dónde te desarrollas o quieres desarrollarte.

Subraya, apunta y jerarquiza lo que aprendas con tu lectura.

Elige un horario para hacerlo.

8.Date un respiro y camina

A veces lo único que necesitas para encontrar la idea que estás buscando es darte un respiro. Sal a caminar; al estar en contacto con otros estímulos, hay más probabilidad que tu mente pueda pensar fuera de la caja y generar ideas creativas.

9. Gimnasia cerebral

Hay ejercicios que estimulan ambos hemisferios cerebrales y potencian los procesos cognitivos. Aquí te dejo unos sencillos que te pueden ayudar:

Marcha cruzada: toca la rodilla derecha con el codo izquierdo y luego la rodilla izquierda con el codo derecho. Haz varias repeticiones.

Figuras geométricas: dibuja con tu índice derecho un cuadrado en el aire, 10 veces. Luego dibuja un triángulo en el aire con el índice derecho, otras 10 veces. Al final realiza ambos movimientos al mismo tiempo.

Movimientos conscientes: utiliza la mano menos hábil durante todo un día. Realiza todas las actividades cotidianas con esa mano, como abrir la puerta, peinarte, servirte la comida.

10. Agenda y planifica

Ten siempre a mano un lápiz y papel. No solo para planificar tus pendientes diarios, también para anotar cualquier idea que se te ocurra, nunca sabes cuánto está por nacer esa que te cambiará la vida.

Asimismo, planifica lo que harás al día siguiente. Anota todo en orden de prioridades. De esta forma evitarás fugas de energía innecesarias, nada más desgastante que estar pensando todo el día “¿qué es lo que tenía que hacer?”.

11. La clave está en saberlo explicar

La mejor forma de evaluar si realmente dominas un tema es explicarlo de forma tan sencilla que cualquier persona pueda entenderlo. Cada cosa nueva que aprendas simplifícala hasta que puedas explicarla en muy pocas palabras. Si aún lo logras, vuelve a intentarlo.

Hay muchos otros tips, pero con estos tendrás un buen comienzo. Recuerda que lo bueno es enemigo de lo mejor, así que entrena tu cerebro y vete a comer el mundo.

¡Nos vemos en la cima!