Según la mitología de Europa del Norte, y ciertas doctrinas cabalísticas, los gnomos son enanos fantásticos o elementales de la Tierra, en cuyas entrañas moran, trabajando en minas, custodiando tesoros subterráneos y cuidando de los metales y piedras preciosas. Y brindando protección y bondad a quien lo necesite parándose en el frente de los hogares que los convoquen.

Los gnomos forman un pueblo sobrenatural de seres muy pequeños e invisibles, dotados de singular astucia. Son unos seres fantásticos que aparecen en cuentos, dibujos animados, etc. Y una curiosidad: ellos suelen representarse en cerámica en los jardines de algunas casas, lo que pocos saben es que en el país que está más extendida esta costumbre es en los Estados Unidos.

Hay muchos tipos de enanitos, figuras de barro, de resina, de fibra y de cemento. Los hay de todo tipo y de todos los colores, divertidos, escatológicos, siniestros y bromistas. El enanito más frecuente es el gnomo con barba blanca y un sombrero de en forma cónica.

La patria de los gnomos de jardín es Alemania. Se estima que este país hay aproximadamente 30 millones de enanos, uno por cada seis jardines. Sobre cuál puede ser el origen de estas figuras y su presencia en numerosos jardines hay todo tipo de teorías, algunas de lo más rocambolescas, aunque la más aceptada es la que desarrolló hace años un sociólogo alemán, Hans Prahl, responsable máximo de una nueva rama de la etnología, la enanología.

De dónde viene la palabra gnomo no es está del todo claro. Para algunos proviene de la palabra griega gnosein, que significa "conocer". Para otros, derivaría del latín genomós.

De todos modos, el nombre resultante se empleó probablemente referido a una raza de gente menuda que se encuentra en las más remotas regiones del hemisferio Norte y singularmente en los Montes Cárpatos (Europa Oriental). Estos seres, hace ya muchos siglos, solían minar las canteras rocosas de las montañas y de ahí que la leyenda popular pudiera decir de ellas que en realidad habitaban en las entrañas de la tierra más bien que a la manera de los enanos.

También se dice que estaban íntimamente relacionados con los lugares donde hay metales y piedras preciosas, por eso la buena relación que existe entre los gnomos, la riqueza y la permanente ayuda al necesitado.

Sin embargo, los estudiosos del tema se inclinan a pensar que la teoría más creíble sobre la palabra gnomo viene del idioma inglés a través de los escritos del científico Paracelso, el gran alquimista suizo del siglo XVI. A Paracelso se le ha considerado diversamente como un sabio, un mago y un pícaro, pero evidentemente al hombre no le cabría duda sobre la calidad de sus facultades, teniéndose a sí mismo como un genio.

Uno de sus libros expone la teoría de la existencia de cuatro seres espirituales: los silfos del aire, las salamandras del fuego, las ninfas del agua y los pigmeos de la tierra. Como escribía en latín, también denominaba a los pigmeos como "gnomus". Los "gnomos" de Paracelso podían desplazarse libremente por la tierra como los peces por el agua o los pájaros por el aire. Sin embargo, se desconoce si él mismo creó la palabra gnomo o sencillamente la tomó de los escritos de un autor anterior. Lo cierto es que ahí está la explicación de por qué se los coloca en los jardines: guardianes de la casa que espantan a los malos espíritus que se acercan.

Cuenta el sociólogo alemán que la historia de los enanitos kitsch se remonta a la Edad Media, y sitúa su origen nada menos que en Turquía. Según estas especulaciones, los gnomos de jardín podrían haber sido en un principio réplicas de los pigmeos que se reclutaban para llevar a cabo trabajos duros en las minas. Cuentan que los pequeños mineros pigmeos utilizaban sombreros rojos rellenos con paja para protegerse de posibles derrumbes y llevaban prendas de colores para poder ser vistos en la oscuridad de las minas.

 Símbolos de ingenio
 

Estos personajes fueron considerados con los años símbolos de ingenio, sabiduría,fuerzas mágicas y fueron considerados como conocedores y protectores de tesoros ocultos. Los antiguos construyeron figuras que representaban a estos personajes para proteger sus hogares y traer suerte a los miembros de la familia y rápidamente se pusieron de moda como figuras decorativas. 

Según algunos documentos hallados en la región del Bajo Rhin, encontramos huellas de estas figuras en Alemania desde 1460.  También se han encontrado rastros de enanos de jardín en Italia, donde algunos príncipes usaban estas originales figuras como esculturas singulares en algunos de sus parques.

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