Ya casi una semana, que parte de los Tresites están de viaje de trabajo fuera de la oficina, en la Ciudad de México liberando un Proyecto, después de varias semanas de dedicación y trabajo.

Carlos, Beto desde muy temprano empezando la semana laboral listos para poner manos a la obra en esta fase final del proyecto de visita con Sam y Marco.

Ademas de trabajar con el cliente en las oficinas de la colonia Tabacalera, han podido disfrutar de la "comida corrida" (cosa que es muy difícil de encontrar en Monterrey),  las completas y variadas opciones de comida de bajos costos, sin dejar de mencionar el cierre con broche de oro con una pequeña y rica porción de postre que nunca falta.

"Viernes de Taquitos" en Monterrey,... ¿y allá?

El Cliente los sorprendió con un desayuno muy de aquellas latitudes, para llenarlos de calorías y energía, para que rindan todo el día.

En otras ciudades les parecerá algo inconcebible, así como las quesadillas de queso... (pero ese es otro tema a tratar jaja). Así es que para quienes no las conozcan, o se extrañen, les comparto una descripción de tal alimento, precisamente de un puesto muy conocido y reconocido por su sabor.

PUESTO: Mesa sobre la banqueta en alguna calle de la ciudad donde desde muy temprano y hasta que se termine todo, en pocas horas, se preparan y sirven desayunos en su mayoría para empleados, trabajadores, obreros y para quien tenga antojo a las primeras horas del día

Mientras tanto en Monterrey uno aquí casual viernes de cuaresma, a falta de taquitos,... evocando de mi tierra, un antojito mexicano de mi bella y grandiosa Ciudad de México.

 

No encontré unas mejores palabras de un extranjero, conocedor o de cualquier persona, que describieran este alimento TAN DE LA CIUDAD DE MÉXICO, y solo quienes las han probado entenderán esta explosión de sabores en el paladar,... y para quienes no han tenido esa fortuna, seguramente se les antojará.

¿Bomba Calórica? ¿Abominación Gastronómica?...

Las famosísimas “Tortas de Chilaquiles”
En la esquina de Alfonso Reyes y Tamaulipas, en una de las zonas más emblemáticas de la ciudad de México. La Condesa, barrio de clase media alta en su creación, saturada de edificios Art Nouveau y Art Decó, centro de reunión de artistas hasta los 90 del siglo XX,… actualmente, colonia de clase media aspiracionista alta.

Llama la atención el éxito de un puesto en una colonia así, donde se han asentado el vegetarianismo y el veganismo, la vida saludable y los gimnasios; donde hay una gran concentración de extranjeros, con su consiguiente incorporación culinaria. A la redonda de este puesto en un perímetro de cuatro kilómetros partiendo de la popular "esquina del chilaquil", hay cuando menos, con media docena de los mejores restaurantes argentinos (uno justo enfrente), el único de comida magrebí en toda la ciudad y una decena de restaurantes premiados internacionalmente.

Ahí están 2 mujeres Doña Cata y la Guera en friega cortando pan francés (para los regios), en México llamado bolillo y embarrandole frijoles (negros mmmm). Lo rellenan con chilaquiles rojos, verdes o campechanos; que son una especie de pudín hecho con tortilla de maíz previamente endurecida, fritada y luego cocinada en una salsa picante y que para efectos de la torta se necesitan como budín.

Masa sobre masa que según la Secretaría de Salud de México va más allá de las mil calorías, que entran de golpe en el torrente sanguíneo. Claro, que con una de esas se obtiene la energía suficiente para todo un día de trabajo a un costo bastante razonable y bajo para lo que es y lo bien servidas que son.


Fuera del centro del país esta torta es percibida como algo repulsivo, o al menos antipático. Un desborde de pudín de masa de maíz embutido en un bolillo al que se le puede agregar cualquiera de las siguientes proteína: pollo deshebrado, milanesa de pollo, cochinita pibil o de pollo al pastor, y al que además se le agrega queso rallado, crema agria, cebolla fresca, rajas de chiles jalapeños habaneros. ES UNA DELICIA!!!

Y es que la torta de tamal se trata de una alteración en la sintaxis de la comida, que en este caso unifica concentración y condensación del platillo. Esto es: la concentración de la comida en un solo plato y la condensación de todos los elementos de una comida en un plato-comida. 

Pero al mismo tiempo es una comida de no-desperdicio, lo que sobra lo echamos en un bolillo y ya la hacemos para aguantar el hambre del día en la gran ciudad. 

Doña Cata y la Guera dicen que esto es lo que su abuelita les daba de comer para el dia, para su escuela… No se sabe si la abuelita por alla de los años de la Revolución la inventó…. Lo que si inventaron Cata y la Güera fue la venta de tortas de chilaquiles, pues antes a nadie se le había ocurrido venderlas.

En 1967 el poeta Salvador Novo en su libro Cocina Mexicana daba cuenta que al pambazo relleno de enchilada se le llama guajolote (pavo). Esto seguro derivó en la torta de chilaquiles y por supuesto en la torta de tamal, llamada guajolota.

¡A darle!

Sigan trabajando, que terminen pronto...

¡y nos traen algo!