Hace un año, intentaba escudriñar medidas y tendencias en el campo del tamaño de los smartphones. Cada día las pantallas eran más grandes, pero los fabricantes aprovechaban los avances tecnológicos para disminuir el marco y hacernos más manejable el ascenso.

Pero nuestras manos y bolsillos tienen un límite, y este crecimiento no podía durar para siempre, y parece que lo hemos alcanzado. Durante la primera mitad de 2015 la tendencia no miente: las cinco pulgadas, con un ~70% de pantalla sobre superficie total, son el punto de equilibrio para el mercado actual.

Viejas y nuevas realidades a la vez parecen ser las encargadas de detener el ritmo de crecimiento en estas dos métricas. Los fabricantes no pueden apartar más componentes del frontal: cámara, sensor de huellas, micrófonos y en algunos casos altavoces frontales se hacen imprescindibles. La siguiente limitación es que necesitamos un mínimo punto de apoyo en los laterales para que nuestros dedos puedan sujetar el teléfono cada vez más grande sin que el software de la pantalla lo detecte como un uso activo de la pantalla, un 'falso positivo', y realice las acciones consecuentes a ese tap.

Terminales de nuevos de casi todas las marcas han dejado de crecer cada año. Galaxy S y Note han encontrado sus techos en sus respectivas marcas. Así como el resto de gamas de otros fabricantes de gama alta. Incluso Apple, que llegó tarde a la fiesta del tamaño de pantallas, parece estar contenta con sus dos posiciones nuevas adquiridas en 2014.

El tercer punto sería una combinación de factores: parece que se estabiliza la duración de las baterías en los terminales superiores y medianos, una vez que los fabricantes alcanzan el día, día y poco de uso medio prefieren reducir peso y grosor. No habrá más atajos en esta vía, las nuevas mejoras de duración de batería vendrán todas vía mejoras químicas en las propias baterías, así como de rendimiento interno y de consumo.