Sólo basta revisar cualquier revista de hoy, y de inmediato salta a la vista que las portadas exhiben a famosas y modelos presumiendo su ejercitada figura, donde los cuadritos del abdomen son el mayor atractivo (lo que actualmente esta "IN").

Firmes bíceps y seis cuadritos en el abdomen están ahora de moda, pero hace 60 años, las celebridades se preocupaban más por tener una figura de “reloj de arena”, donde las curvas en las caderas era lo primordial, asegura la experta en imagen corporal, Natasha Devon.

En los años cincuentas, el “reloj de arena” estaba en boga. Los modelos a seguir eran Marilyn Monroe, Sophia Loren y Elizabeth Taylor, las cuales marcaban tendencia en Hollywood. Estas mujeres fueron famosas por su generoso busto y caderas, mismas que lucían generalmente en entalladas faldas y apretados vestidos.

El cambio radical se dio en los sesenta donde la moda se impuso en el cuerpo “flaco tipo enramado”. Las mujeres tenían más poder económico que nunca, y el modelo europeo se definió con pelo corto y ojos enormes de muñeca. La tendencia en la moda de los cuerpos la impusieron la supermodelo Lesley Lawson, la musa de Andy Warhol, Edie Sedgwick, la viuda de John F. Keneddy, Jaqueline Onasis y la famosa actriz Catherine Deneuve.


Para la década de los setenta la extrema delgadez se abandonó. Las dietas seguían siendo la norma, pero ahora se imponía un poco de ejercicio para darle más volumen a los cuerpos de la mujer. El pelo largo, pantalones y un actitud más vital se impuso en ese momento. Los íconos a seguir fueron Farrah Fawcett, Jane Fonda, Priscilla Presley y Natalie Wood.

 

Una década después, en los ochentas, la tendencia la marcaron las supermodelos. Aquí el gran cambio fue la altura, una buena tonificación y el regreso al modelo del “reloj de arena” que quedó más estilizado por los entalles largos de sus representantes. Aquí los íconos a seguir fueron Cindy Crawford, Linda Evangelista, Naomi Campbell , Claudia Schiffer y la actriz Brooke Shields.


En los noventas el modelo a seguir se dividió en dos tendencias principales. El primero, un cuerpo ausente de curvas, macizo y dispuesto casi a entrarle a todo lo que fuera asemejándose a un estilo más bien andrógino y todo terreno. Las máximas exponentes aquí fueron Kate Moss, Uma Thurman, Winona Ryder y Lady Di.


Por el otro se dio la exageración, el viejo esquema del “reloj de arena” fue corregido y aumentado, donde las cirugías plásticas jugaron un papel fundamental en lograr ese tipo de cuerpos. Los modelos a seguir fueron Pamela Anderson, Las Spice Girls, por ejemplo.

La década del nuevo milenio se caracterizó por el renacer del trasero. Operados o no, la obsesión se volcó en poseer unos firmes y voluminosos glúteos, que exigían una pequeña cintura para resaltarlos más aún. La tendencia en ese momento la marcaron Jennifer López, Beyoncé, y Shakira, y en menor medida Christina Aguilera y Britney Spears.


Finalmente, en la década actual existe una mayor conciencia y hasta obsesión por la salud y el fitness, lo que ha provocado que el cuerpo ideal sea ahora visualizado como uno de tipo musculoso, sin miedo a que sea calificado como poco femenino y donde se resaltan los cuadritos del abdomen. Aunque la tendencia apenas comienza a marcarse, ya se pueden ver ejemplos como la medallista de oro olímpico Jessica Ennis que está causando furor en el Reino Unido, la cantantes Gwen Stefani y Nicole Scherzinger, Rihanna y la multifacética Shakira.


EL CUERPO PERFECTO.

Se llama Kelly Brook. Es modelo y actriz, y vino a romper con todos los paradigmas de belleza alguna vez establecidos, 100% apoyada por la ciencia desde el 2014. Seguramente la reonocen...


Un estudio de la Universidad de Texas eligió a esta despampanante belleza como la mujer con “el cuerpo perfecto”. Y es que pesar de que es una lástima que debamos definir un solo cuerpo como el perfecto, la verdad que por lo menos podemos agradecer que el elegido se aleja sustancialmente de lo que estamos acostumbrados a ver: altos y delgados cuerpos usualmente inalcanzables.

 

Brook, de 34 años, mide 1,68 y sus medidas son 99-63-91, y, por supuesto, no se ha sometido a ninguna cirugía. Las medidas de su cuerpo, edad, rostro, labios, nariz y cabello fueron los factores que se tuvieron en cuenta para entregarle este título, el que demuestra que el estereotipo femenino está cada vez más flexible y accesible. 

Quéeee taalll!!!

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