La bendición de animales por San Antonio Abad, que se celebra este 17 de enero. Esta celebracion, se remonta al siglo XIV, en concreto a 1333 cuando la Orden Hospitalaria de los antonianos se instala en Valencia. Sin embargo, Sant Antonio nació y murió en Egipto en los primeros siglos tras la muerte de Cristo (nació en el año 251 y murió en el 356). Se cree que San Antón vivió hasta los 105 años, gracias a una frugal alimentación y por compartir su vida con animales de compañía.

San Atanasio nos lo presenta en su obra como un hombre que se desarrolló en santidad y se convirtió en un ejemplo de piedad cristiana; dejó familia y bienes para vivir como ermitaño y atendió a diversas comunidades monacales en Egipto. 

San Antón, conocido también como San Antonio Abad, fue un eremita egipcio que nació en Heracleópolis Magna, en el año 251 d. C. y murió en el 356 d. C., en Monte Colzim.

San Antonio se convirtió en ermitaño y una leyenda le convirtió en patrón de los animales en todos el mundo, ya que se asegura que los atendió y defendió como nadie.

Hijo de una familia acomodada, se quedó huérfano a los veinte años, vendió todos sus bienes, entregó el dinero a los necesitados y se fue a vivir a una aldea local, durmiendo en una cueva sepulcral y llevando una vida totalmente austera. Se cuenta que en este lugar tuvo varios episodios con demonios, en forma de bestias salvajes, con los que se batió a muerte.

A los 35 años, cruzó el Nilo y se retiró al monte Pispir, donde vivió durante 20 años en total soledad. En esa etapa, se alimentó gracias a la ayuda de las personas que le lanzaban comida por encima del muro de su refugio. Pronto le salió un grupo de discípulos, que se establecieron en cuevas y cabañas cercanas, formando una incipiente colonia de ascetas, que lo tomaron como modelo.

¿Por qué San Antonio Abad es el patrón de los animales?

El patrocinio tiene su germen en su etapa de austeridad, cuando, tal y como se cuenta, el eremita encontró la sabiduría en la observación de los animales y halló el amor divino en la contemplación de la naturaleza.

En reconocimiento por ambas revelaciones, San Antonio empezó a bendecir a los animales y las plantas. A su muerte, muchos ganaderos lo tomaron como protector y patrón de sus animales.

Cuenta la leyenda que, en cierta ocasión, se acercó a una jabalina y curó a sus jabatos, que padecían ceguera. La jabalina, agradecida, se quedó junto a San Antón para protegerlo de los animales salvajes. Este es el motivo por el que se le representa con el hábito de monje, una cruz en forma de tau y un cerdo a sus pies. Con estos antecedentes, se le podría considerar un ecologista, por el gran amor y respeto que mostró hacia la naturaleza y el medio ambiente.

 

De hecho, en muchas de sus imágenes aparece junto a un cerdo pequeño, motivo por el cual en Valencia es conocido como Sant Antoni del Porquet (o el del porquet)

Fue en el siglo XIV cuando en las afueras de la ciudad levantaron una ermita y un hospital en el que pudieran descansar los caminantes que llegaban de Cataluña y de Aragón y que entraban a la ciudad por la puerta de Serranos.

Con los años los antonianos abrieron un pozo y plantaron un olivo para hacer más agradable el descanso a los peregrinos, mendigos y también a los labradores de la zona que, con el tiempo, dijeron que el agua era milagrosa, lo que se transmitió de generación en generación.

Y, sin saber cuándo fue el inicio, se convirtió en costumbre que el 17 de enero la gente acudiera al santuario con los animales para dar una vuelta al olivo, arrancar una ramita y colocársela al animal como adorno para protegerlo, descansar y regresar a casa.

La Hermandad de San Antonio se fundó en 1953 con el objetivo de mantener una tradición muy arraigada en el barrio de Sant Antoni. Así, como recuerdo del pozo, que estaba ubicado junto a la entrada de la parroquia, figura hoy un mosaico de azulejos obsequio de esta entidad.

En este día se acostumbraba la bendición de animales que se desarrolla a mediodía y en la que perros, gatos, loros, peces, urracas y caballerías de arrastre reciben el agua bendita. 

Para las personas que llevan a sus animales, este hecho es muy importante, ya que la bendición los protege contra las enfermedades durante todo el año. Es una garantía de salud y bienestar.

A la Plaza de San Pedro, en el Vaticano, acuden cada año un gran número de personas con sus animales para que sean bendecidos por el Arcipreste de la Basílica de San Pedro y vicario general.

También en América Latina, San Antonio adquirió una extraordinaria fama. En muchos países de habla hispana hay calles, universidades, hospitales, hoteles, y localidades en su honor. En Humacao, Puerto Rico, existe una comunidad benedictina bajo su patrocinio.

Y, contradiciendo aquello de que nadie es profeta en su tierra, en Egipto ha habido una nueva efervescencia monástica en torno a la figura de San Antonio Abad.

Está claro que hoy en día San Antonio Abad es uno de los patronos más queridos entre los amantes de los animales, incluso por gente aconfesional o de diferentes credos.

Ya sabes, recuerda llevar tus animales a bendecir...

Así empieza la plegaria a San Antonio para pedir por los animales… “Señor Celestial, Padre Creador de todas las cosas, hoy quiero pedir tu misericordia y compasión para mi mascota, y por mediación de san Antonio Abad, llamado también san Antón, el gran protector de los animales, que tanto amor tuvo por estas criaturas, te ruego que no lo abandones nunca; concédele salud, que no sufra ni padezca, que no esté triste, que no le falten las fuerzas, que no sienta dolor ni angustia, que no se sienta solo ni abandonado y que siempre tenga a su lado alguien que le cuide con amor”.

Así que esta fecha es la oportunidad de que tus mascotas reciban una bendición a tu lado.