¿Te ha pasado que estás en tu cuarto con la luz apagada apunto de dormir cuando, de repente, empiezas a recordar una canción y tu cabeza se llena de sensaciones e imágenes llenas de color?


Esto se debe a que imaginar la música puede activar el córtex auditivo y los sistemas subcorticales del cerebro –corteza donde ocurre la percepción, la imaginación y el pensamiento- de una manera casi tan intensa como si se escuchara.

La música juega roles específicos en la mente; puede favorecer nuestro aprendizaje y la memoria. Investigaciones recientes han demostrado que la música activa áreas del cerebro. Estos datos se desprenden del estudio llevado a cabo por el diario especializado en funciones cerebrales NeuroImage, el cual destaca que cuando escuchamos una melodía se activan zonas de nuestro cerebro como la auditiva, la límbica (conexiones en la corteza cerebral) y la motora (estabilidad y movimiento).


Además, de acuerdo con una investigación de la Universidad Cornell, escuchar melodías de nuestra niñez o adolescencia juega un rol especial en nuestra mente, ya que nos transportan en el tiempo al instante. Este viaje por nuestra memoria se puede suscitar escuchando nuestra música favorita, o simplemente oyendo las notas de cualquier canción que asociemos a determinada etapa. Con esto se puede confirmar que cada periodo de nuestra vida cuenta con un inolvidable soundtrack.

Y para explorar a fondo el tema, lee el libro del neurólogo británico Oliver Sacks, Musicofilia. Relatos de la música y el cerebroen donde Sacks examina el rol de la música en nuestros pensamientos y cómo ha sido un pilar esencial para tratar a distintos pacientes con algún padecimiento psicológico. A través de lúcidas narraciones, el autor nos comparte su vasta cultura científica y humana a través del papel de nuestra identidad humana y de cómo somos una especie tan lingüística como musical.