En prácticamente todas las culturas indígenas se elaboran muñecas, la mayoría de ellas son realizadas con textil u otros materiales que están a su alcance, como "tela de algún vestido u otra prenda usada de algún miembro de la familia, para fabricar sus propias muñecas. La muñeca casera es elaborada de las manos de la mamá o la abuela".

Dentro de la extensa producción de muñecas, sin duda alguna, la más famosa es la muñeca de trapo mejor conocida como "María":

Esta muñeca típica se ve en serie, sobre todo, por los mercados, las calles y plazas turísticas de la Ciudad de México, las cuales son vendidas por las mujeres de las comunidades indígenas otomíes y mazahuas, cuya principal actividad artesanal es la elaboración de textiles como fajas, morrales, rebozos y muñecas. Estos grupos indígenas se asentaron en la zona central de México, en los Estados de Hidalgo, Querétaro, Estado de México,  Guanajuato, Michoacán, Puebla y Veracruz.

La muñeca "María" o "Lele" es conocida en todo México y América Latina como una artesanía que nos ayuda a conservar la cultura de todo un país, esta pequeña muñeca representa la humildad y el valor de los Mexicanos con sus múltiples colores y sus vestidos típicos.

En un principio eran de arcilla y se creía que protegían a los niños de los malos espíritus.

Elaboradas con tela, listones de diversos colores y los vestidos hechos totalmente a mano, las muñecas "Marías" fueron poco a poco elaboradas con materiales cada vez mas resistentes, ya que principalmente eran hechas con arcilla, palma y cabello de maíz.

Estas bonitas muñecas tuvieron origen en el Estado de México y de Michoacán, fueron elaboradas por el grupo étnico Mazahua, esto como una opción de cuidar su economía y poder obtener un juguete mas económico a lo que el mercado de ese tiempo les ofrecía, como las muñecas de porcelana procedentes de España.

Según la región en la que eran elaboradas, formaban parte de ritos religiosos o sociales, en algunos otros eran la forma económica de dar un juguete a los hijos; por lo que es difícil precisar el lugar exacto de su creación, atribuyéndose a Michoacán, Querétaro y Estado de México, con los grupos étnicos mazahua y otomí.

Por esto, las mujeres de este grupo Étnico eran representadas por la simpática muñeca y a las cuales les llamaban "Marías".

Si bien estas muñecas aparecieron como el resultado del sincretismo cultural entre el Nuevo y Viejo continente, se cree que las primeras muñecas, hechas con arcilla, palma y cabellos de maíz, acompañaban a los rituales sepulcrales de los niños como protección contra los malos espíritus.

Tras la conquista española los juguetes novohispanos comenzaron a mezclarse con los de las culturas indígenas, resultando inevitablemente en una amplia diversidad de usos y costumbres. De esta mezcolanza llegó el trompo, la pirinola, los yoyos, los baleros, trastos de porcelana o figurillas de barro o madera; muñecas europeas de porcelana y muñecas de trapo... 

Conforme la práctica se iba expandiendo a diferentes regiones del país, las muñecas de trapo empezaron a diversificarse. Mientras que al norte se especializaban las muñecas guarijío, con un traje representativo de esta etnia, de colores brillantes y telas floreadas, con aplicaciones de encaje, pañoleta y hasta calcetas negras.

Tuvo una expansión bastante significativa por todo el país en diferentes regiones, sin embargo cada región o grupo étnico quiso personificar a las muñecas a su cultura, o hacer su propio tipo de muñeca, por ejemplo; en el norte del país las llamaron "Muñecas guarijío" y las vestían con sus trajes representativos.

Mientras que en el centro del país (Guanajuato) crearon a "Las Lupitas" elaboradas con técnicas de cartón, pintadas con atuendos florales y figuras geométricas.

Actualmente la muñeca "Maria" ya no se ve como solo un juguete, es una artesanía que guarda toda una cultura y el valor de todo un país, representa todo el trabajo de las mujeres mexicanas (Principalmente las mujeres Mazahuas) que quisieron transmitir su sabiduría y amor por su etnia en cada una de las costuras de dichas muñecas para todo el pueblo Mexicano, de bordado en bordado, de hilo en hilo.

Hecha de trapo y con un colorido tocado de listones. Aunque la muñeca María es una creación mazahua, etnia originaria del Estado de México y Michoacán, sus tiernas caritas pueden encontrarse por todo el país.

En su elaboración no se utiliza máquina de coser, todo es a mano, lo que implica un trabajo de más de cinco horas, según el tamaño.

Para los artesanos, como es el caso de Hortensia López, ya no se trata sólo de un juguete, sino de una artesanía que requiere varias horas: "En mi caso está hecho a mano, no hay una sola gota de pegamento, todo es con hilo, entonces es mucho trabajo, y yo creo que cuando entregas una pieza de este tipo, lleva mucha carga, no solo es ir a la tienda, comprarlo y ya, hay parte de nosotros ahí." Desgraciadamente, en la actualidad muchas personas no aprecian estas muñecas como artesanía. En palabras de Cristina Juárez Ramírez, artesana de Amealco, en Querétaro, "Casi no lo aprecian, dicen que está caro, pero no saben la cantidad de material que invertimos y ya está muy caro el material."

La muñeca María es una práctica artesanal que permite conservar la magia, ternura y humildad, de todas las personas que han mirado nostálgicamente su infancia a través de sus llamativos colores y representaciones regionales. Como si el simbolismo de la muñeca se conservara en su silenciosa sonrisa, sus infinitos listones entrelazados en sus trenzas, su indumentaria tan típica del país o en el recuerdo de una niña sosteniendo su única muñeca de trapo. 

En Querétaro se realiza, desde el 2013, el Festival Nacional de Muñecas Artesanales, en el que se invita a artesanas y artesanos de Amealco y de otros Estados de la República que también se dedican a la elaboración de muñeca de trapo.

Asimismo, en el centro de la ciudad de Amealco, se ha fundado el primer museo de muñecas, la Casa de la Muñeca. El cual conserva alrededor de 300 muñecas artesanales.

La historia de la muñeca María envuelve parte da la lucha por el respeto y la igualdad social de las mujeres indígenas, que hasta en la actualidad sigue siendo un gran problema por resolver.

A pesar de las circunstancias poco favorables que ellas han tenido a través de la historia, aún continúan de pie, siempre trabajando, con su cabello trenzado con brillantes listones de colores, con su blusa bordada y su colorida falda, enaguas o chincuete y con su mirada sonriente, llena de colores y de vida, como la muñeca María.

Y tu,.. ¿Tienes una?