A casi todos nos ha sucedido alguna vez. De repente, el párpado de un ojo empieza a palpitar. Es una sensación incómoda que intentamos frenar instintivamente poniéndonos los dedos sobre el ojo. No suele tardar mucho en desaparecer. Y cuando lo hace, seguimos con nuestras labores como si nada hubiera pasado.

"Son contracciones involuntarias de algunas fibras musculares del orbicular del párpado, el músculo encargado responsable de cerrar el ojo y parpadear"

Cada contracción dura décimas de segundo, y se repiten rápidamente con una frecuencia de 1 a 4 por segundo. Algunos duran segundos, y en otros casos puede mantenerse días enteros. "Se llaman fasciculaciones/ Blefaroespasmo, no son contracciones eficaces, no son coordinadas y simultáneas, por eso el párpado no se cierra".


Porque pasa? 

Cuando estamos sometidos a una situación de alta presión, nuestros nervios cambian su actividad. El organismo se mantiene alerta y a la defensiva. De hecho, no podemos olvidar que el estrés como tal es una reacción que nos advierte de un peligro, y la respuesta general sería escapar. Así pues, los nervios se tensan, en especial los faciales y craneales.  "Es un desorden puntual de regulación del sistema nervioso."

El estrés y los estimulantes, como el café o alcohol, favorecen su aparición. Cuando se dan con más frecuencia de lo habitual (todos los días por ejemplo) suele estar vinculado con un periodo de más nerviosismo, depresión, angustia o ansiedad.

La intensidad también es variable. Algunas personas tienen una leve palpitación o un temblor imperceptible para los demás. Otros sufren contracciones tan acusadas que los demás pueden notarlo. Y hay casos en los que la visión se distorsiona. "Es algo así como si saltara la imagen, como cuando grabas un vídeo mientras corres"

¿Cómo podemos aliviar el temblor en el párpado? 

Lo primero que debemos hacer es cerrar los ojos. Si tienes oportunidad, acude al baño y mójate la cara y los párpados manteniéndolos cerrados uno segundos. De ese modo, aliviamos la tensión facial. 

No obstante, puesto que el espasmo es casi siempre síntoma del estrés, lo más adecuado es saber gestionar esos focos de presión que tenemos en el día a día. Procura dormir bien, evitar el consumo excesivo de cafeína, y sobre todo, mantén una buena lubricación del ojo.  

Pasar mucho tiempo ante el ordenador o forzar la vista: el espasmo también aparece cuando fijamos mucho la visión sobre una superficie, o cuando, por ejemplo, necesitamos el uso de lentes y prescindimos de ellas.

El ojo se cansa y, lo más importante, se reseca. La falta de lubricación de la superficie ocular, se traduce en un incremento de actividad del párpado para intentar distribuir uniformemente la lágrima insuficiente o de mala calidad. Es algo muy característico y que nos puede suceder no sólo cuando pasamos muchas horas ante el portátil, sino cuando estamos con nuestro teléfono móvil. ¿Te ha pasado alguna vez? 

Consumo de cafeína y alcohol: ¿Soprendido/a? Seguramente no, teniendo en cuenta que tanto el café como el alcohol son activadores neuronales, nos sobreexcitan y nos someten a estados donde los nervios se tensan, y donde es frecuente que aparezcan los molestos "brinquitos en el parpado".

Por lo general, el temblor en el párpado no es grave y no suele durar más de unos segundos.¡Pero es terriblemente molesto! y en ese momento te das cuenta que necesitas un buen descanso!