Origen de la artesanía del papel picado

En México, a mediados del siglo XIX, los peones eran obligados a comprar los productos en las tiendas de las haciendas. Entre estos productos se encontraba el papel de China. Con su habilidad, creatividad y destreza, los pobladores, además de las labores inherentes al campo, trabajaron este papel hasta lograr una verdadera artesanía poblana: el papel picado.

En San Salvador Huixcolotla, Puebla, el papel picado tiene únicamente uso ornamental, específicamente con motivos religiosos para las festividades del Día de Muertos. Con el tiempo la técnica se fue refinando, pasando de las tijeras al uso de los cinceles de hierro forjado, con lo que se logró un trabajo más detallado y elegante.

Esta tradición se ha transmitido de padres a hijos, impidiendo así que desaparezca. Los artesanos empezaron a vender sus trabajos en los pueblos vecinos y entre la gente que trabajaba en las haciendas. Tiempo después, alrededor de 1930, se difundió a otras partes como Puebla y Tlaxcala. A partir de los años sesenta empezaron a difundirlo en la ciudad de México, convirtiéndose así en una artesanía reconocida no sólo a nivel nacional sino internacional (se montaron exposiciones en Estados Unidos y en Europa).

La difusión la hacen los artesanos por medio de las muestras en las casas de artesanías, en fiestas populares y decoraciones de restaurantes. Hoy los artesanos trabajan para grandes empresas picando sus logotipos; el papel picado se vuelve un nuevo medio de comunicación.

Los dibujos y las figuras tienen gran diversidad y el papel picado está siempre presente no sólo en las fiestas patrias, navideñas y el Día de Muertos, sino también en bodas, XV años y bautizos. No se puede imaginar una fiesta popular sin estas banderitas de papel con vivos colores colgadas y movidas por el viento. Podemos decir que el papel picado es la artesanía de todas las fiestas.

¿Pero cuál es el procedimiento tradicional utilizado por los artesanos?

Una fase esencial es el dibujo original, que una vez puesto sobre las hojas de papel de China servirá de guía. Se trabajan fajos de 50 hojas clavadas y superpuestas; no se necesita mucha herramienta: cinceles, martillo, planchuela de plomo y, más que nada, ingenio y habilidad.

Los artesanos han dado nombres a sus cinceles (de formas y tamaños diferentes, según las necesidades); así, los curvos se llaman media caña, uñetas, sacabocas o cuadras. La plancha de plomo impide que se maltrate el hilo de los cinceles. Y es así, con golpeteos manuales directos sobre el paquete de hojas a cortar, que aparecen en el papel calado verdaderas obras de arte.

Para este oficio se necesitan muchas cualidades: hay que ser paciente, ingenioso, dedicado y tener mucha fe en él. Esta atención se nota, se siente en la obra. Al tocar el papel se pone de manifiesto la sensibilidad y cuidado del artista. El papel picado es frágil, delicado y ligero.

Frente a los éxitos del papel picado en los diferentes eventos y muestras, esta artesanía ha sido reconocida y apoyada por las secretarías de Turismo y de Cultura. En 1998, artesanos y responsables de la cultura pensaron editar un decreto para preservar esta artesanía, y fue así que el 22 de septiembre de 1998 el Ejecutivo del estado de Puebla lanzó un decreto que declara Patrimonio Cultural del Estado de Puebla la artesanía del papel picado a mano que se elabora en el Municipio de San Salvador Huixcolotla. Confortan el hecho de que Huixcolotla sea considerado la verdadera cuna del papel picado.

Si deseas asistir a las coloridas fiestas, disfrutar de ricos platillos y apreciar bellas artesanías, ¿por qué no visitar la cuna del papel picado en el lugar de las espinas encorvadas?