La tradicional Guelaguetza de Oaxaca se celebra en el mes de julio, forma parte de los cultos populares a la Virgen del Carmen, razón por la que se celebra los dos lunes más cercanos a la festividad católica de esta celebración mariana, el 16 de julio.

La fiesta de la Guelaguetza, la cual se deriva del vocablo zapoteca "Guendalezaa" que significa "ofrenda, presente, cumplimiento"; también se le conoce como “Fiesta de los Lunes del Cerro”.

En la fiesta de la Guelaguetza se efectúan presentaciones folklóricas, culturales y deportivas sobresaliendo la Guelaguetza, El Bani Stui Gulal y la Leyenda de la princesa Donají, hija del rey zapoteca Cosijoeza y de la princesa Coyolicatzin y las carreras ciclistas.

Bani Stai Gulal que en el idioma zapoteco significa "repetición de lo antiguo", este espectáculo de gran diversidad en colorido y majestuosidad de tradición, actualmente se presenta en la plaza de la danza los dos sábados anteriores a la gran fiesta de los oaxaqueños "La Guelaguetza". Aquí se muestra la cultura y danza oaxaqueña, acompañada de gran cantidad de bailarines que participan y se divide en cuatro épocas esta presentación, dichas épocas son:

Época Prehispánica: en la que podemos admirar las danzas que realizaba el pueblo mexica en honor de la Diosa Centeotl (Diosa del Maíz Tierno), la danza de las vírgenes de las cuales seleccionaban a la doncella que sería sacrificada el cual era un gran honor para ella y que trascendía a su familia y la danza de los guerreros jóvenes.

Época de la Colonia: inicia con las danzas que seguían realizando los mexicas en honor a sus dioses hasta la conquista de los españoles. Después continúa con una procesión en honor a la virgen del Carmen y una especie de carnaval en la que participan las marmotas, las chinas de calenda, los “zancudos” de Zaachila y sobresale la participación de la “sierpe” que es una especie de serpiente gigante, acompañados por la música de la banda del estado.

Época del México Independiente: que consiste en un paseo en donde se admiran a las catrinas con sus grandes trajes, los charros, las chinas de calenda y todos los habitantes, en el que prueban los productos que ofrecen los vendedores de la región.

Época Contemporánea: en la que se admiran los principales trajes de cada una de las regiones, mientras se escucha un poema dedicado a Oaxaca. Este espectáculo finaliza como todas las fiestas del pueblo oaxaqueño, con la quema de los fuegos artificiales.

Así la Guelaguetza o de los Lunes del Cerro se expresa en la ofrenda a la Ciudad de Oaxaca que hacen grupos representativos de las ocho regiones tradicionales: Los Valles Centrales, La Sierra Juárez, La Cañada, Tuxtepec, La Mixteca, La Costa y el Istmo de Tehuantepec

Cada región deleita a los visitantes y lugareños con bailes, música, danzas y cantos, todos llenos de tradición, algarabía, colorido y orgullo.

Sin duda, la fiesta de la Guelaguetza engloba magia, tradición, reciprocidad, cultura y unión. El escenario que sirve para la celebración, se ubica en el Cerro del Fortín, este recinto no tenía nombre desde su inauguración que fue en 1974, por lo que al auditorio se le conocía como “Cerro, de la “Azucena” o del “Fortín”. Lo anterior cambio en 1999, cuando el recinto al recinto se le otorgo el nombre de “Auditorio Guelaguetza”.